«La domesticación»
El sueño del planeta, soñar es la función principal de nuestra mente, sueñas despierto, sueñas dormido, es decir, cuando estas despierto lo haces de una forma lineal, ves a través de tus ojos un mundo material. mientras que estas dormido no tienes ese marco y tus sueños suelen cambiar.
En todo momento estamos soñando, nuestros ancestros crearon un sueño más grande al que llamaron el sueño de la sociedad o bien el sueño del planeta y se volvió un sueño colectivo, donde juntos crearon el sueño de la familia, llámese comunidad, país y por último el sueño de la sociedad.
Cada uno creo sus reglas, leyes, creencias, religiones, cultura, maneras de ser, escuelas, los acontecimientos y celebraciones.

Cuando nace un niño se busca la manera de llamar su atención, para introducir reglas y utilizamos a papá, mamá, la escuela, la religión para enseñarlo a soñar. Estos adultos por medio de la repetición introdujeron información a nuestra mente. De esta forma es como aprendimos lo que hoy sabemos. Como nos comportarnos, saber lo que es aceptable o no, que creer o no, saber que es aceptable o no, lo bueno , lo malo, lo correcto y lo incorrecto.
Todos buscaron captar nuestra atención, creando una dinámica donde el mundo que nos rodeaba nos enseñaba siempre algo, llámese papá, mamá, hermanos, religión.
Creando una necesidad competitiva, de querer siempre llamar la atención. Los niños compiten por llamar la tención de sus padres, maestros, amigos. ¡MÍRAME! ¡MIRA LO QUE HAGO! ¡EH QUE ESTOY AQUI! esa necesidad se vuelve muy fuerte hasta que llegas a una edad adulta.
Tú, cuando naces, no escoges tu lengua, religión, valores ya estaban cuando llegaste, es más ni tu nombre elegiste. Es decir, no hubo opción de elegir que creer. Tan pronto estemos de acuerdo con algo se le llama fe, y la fe es creer en algo de manera incondicional. De esta forma, es como desde niños aprendemos a creer lo que un adulto nos dice.dando así, a este proceso llamado «DOMESTICACIÓN»
Adiestramos a un niño como si fuera una mascota, o un animal, dando premios y castigos. Nos decían eres un «Niño bueno», «Eres un niño malo». Muchas veces nos premiaban o castigaban todo el día creando una necesidad de tener esa dosis diaria de recibir nuestra recompensa. Por lo tanto fingíamos ser lo que no eramos por complacer a los demás. y al final terminábamos siendo lo que eramos debido a ese miedo de que nos rechazarán. Y te convertiste en en eso que no querías siendo una copia de la las creencias de papá, mamá, religión y de la sociedad.
Con este proceso de «Domesticación» perdimos nuestra esencia, cuando fuimos bastante mayores para que nuestra mente lo comprendiera aprendimos a decir «NO». Nos rebelábamos para defender nuestra libertad, queríamos ser nosotros mismos pero luchabas con un adulto que era más grande y más fuerte. Y sabías que cada vez que hiciéramos algo malo recibiríamos nuestro castigo. Sin embargo la domesticación fue tan poderosa y estamos tan bien entrenados que ahora somos nuestro propio domador.
Siendo nuestro sistema de creencias nuestro libro de la ley siendo aquel que nos gobierna, donde basamos todos nuestro juicios, habiendo algo en nuestra mente que nos juzga, de lo que hacemos o dejamos de hacer, de todo lo que sentimos o no sentimos, siendo ese juez que nos dice «QUE SOMOS CULPABLES» que necesitamos un castigo, que debemos sentirnos avergonzados. Esto ocurre muchas veces durante todo el día, semanas, meses o bien durante todos los años de nuestra vida.
Esa parte de nuestra vida la llamamos la «VICTIMA» que recibe los juicios, donde cargas con culpas, reproches y vergüenzas. Es esa parte que dice «¡Pobre de mí! No soy suficientemente bueno, ni inteligente ni atractivo, y no merezco ser amado. ¡Pobre de mí!». El gran Juez lo reconoce y dice: «Sí, no vales lo suficiente». Y esto lo has sentido la mayor parte de tu vida.
- ¿Te han hecho sentir de esta manera?
- ¿Qué es aquello que más ha dolido?
- ¿Has buscado la forma de cambiar y aun no encuentras como?
- ¿Estas listo para recuperar el control de tu vida?
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